Poner fin a un proindiviso en una finca rústica.
Lo
primero es recordar que un proindiviso es aquella situación en que dos o más
personas son titulares o propietarios de una finca rústica, con independencia
del porcentaje de cuota que tenga cada una; esto es con que una de ellas tenga
un 1% ya nos encontramos en una situación de proindiviso o copropiedad.
Es por
ello que ninguno de los copropietarios tiene la plena propiedad de la fincas
pero además tampoco ninguno de ellos tiene una superficie concreta en campo de
la citada finca, sino que tienes una “cuota ideal” sobre la parcela; aunque no
quita que haya acuerdos entre ellos para poder cultivar una zona concreta de la
finca, pero eso no quiere decir que sea propietario exclusivo de dicha zona.
Por eso
el Código Civil dice que nadie está obligado a permanecer en ese proindiviso
por lo que cualquiera de los copropietarios puede pedir que se divida la finca.
Si
la finca es divisible, porque
se pueden hacer tantas parcelas como copropietarios que superen la unidad
mínima de cultivo, se puede poner fin al proindiviso llegando a un acuerdo. Lo
más normal es contratar un perito que haga las segregaciones y en su caso se
proceda a un sorteo de lotes, y llevar esa división a la notaría para que se
formalice en escrituras públicas. Si no es posible la división de mutuo
acuerdo, habría que acudir al Juzgado a solicitar la división de la finca en
estas circunstancias.
Si
la finca es indivisible,
porque tiene una superficie que no puede hacerse tantas parcelas como
copropietarios que superen la unidad mínima de cultivo. O bien se procede de
mutuo acuerdo a vender la finca a un tercero o adjudicar a uno de los
copropietarios que compense económicamente a los demás o proceder a una subasta
voluntaria; o la única solución que cabría sería solicitar la división a través
del Juzgado, pero como materialmente no se puede dividir, la finca saldría a
subasta pública y se dividiría el dinero obtenido entre los copropietarios en
proporción a sus cuotas.
Por
tanto si uno solo de los copropietarios, aunque su participación sea mínima, se
opone a una división o un arreglo de mutuo acuerdo, la única vía para dividir y
poner fin a un proindiviso es acabar en los juzgados. Por eso siempre
recomendamos intentar llegar a un acuerdo, que siempre suele más beneficioso
para todas la partes implicadas.
Maravilloso artículo
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